domingo, 11 de junio de 2017

SALMÓN EN HOJALDRE


Hoy os traigo una receta bien sencilla y al mismo tiempo llena matices, pues en ella van a convivir salmón, avellanas, gambas y cebolla caramelizada; todo ello dentro de una masa de hojaldre que hará la delicia de vuestros paladares. ¡Ahí va!

INGREDIENTES      /      MATERIA PRIMA

Un buen lomo de salmón   /   Una lámina de hojaldre   /   Gambas peladas   /   Avellanas tostadas   /   Pimienta negra   /   Sal   /   Cebolla caramelizada  /   Leche   /   Harina   /   Nuez moscada   /   Aceite de oliva virgen extra

ELABORACIÓN      /      MANOS A LA OBRA

Aunque podéis optar por una lámina de hojaldre rectangular, yo he decidido partir de una redonda, porque me ha permitido presentar esta receta en forma de media luna.

Comenzamos. Primero elaboraremos la bechamel. Para ello, ponemos a calentar un cazo con leche. Una vez caliente, sin que hierva, echamos un chorro de aceite en una sartén antiadherente, dejamos que caliente y añadimos una cucharada de harina, removemos con una espátula de madera y añadimos un chorro de leche. Repetimos esta maniobra de manera que tengamos una mezcla cremosa y sin grumos, condimentando con un poco de nuez moscada. Las cantidades y la textura dependerán de vosotros, pero no la espeséis demasiado, pues al enfriar se pondrá más consistente (algo que no queremos). Reservamos.

Precalentamos el horno a 180º por arriba y por abajo.

Seguidamente, limpiamos el lomo de salmón de espinas (si es necesario utilizad unas pinzas de depilar para extraerlas) y de piel (se la quitaremos con ayuda de un cuchillo bien afilado y de hoja fina, poniendo la piel hacia abajo y recorriendo con el filo de un lado a otro entre la piel y la carne). Una vez limpio el salmón, lo salpimentamos.

Desenrollamos la masa de hojaldre, situando el salmón de la mitad hacia un lado (la intención es hacer una empanadilla grande). Sobre el salmón extendemos un poco de bechamel (la justa para cubrir bien su superficie) e incorporamos también las gambas peladas, la cebolla caramelizada y unas avellanas ligeramente trituradas (granuladas). Con la otra mitad de la oblea de hojaldre cerramos nuestra gran empanadilla. Para sellar, mojamos un pincel en leche y con un tenedor vamos pisando los bordes. Aprovechamos y pintamos todo el hojaldre con leche. Podéis hacer unas tiras decorativas para colocar encima. Reservamos en la nevera unos 20 minutos.

Finalmente, introducimos nuestro hojaldre relleno en el horno en una bandeja con papel vegetal. Dejamos transcurrir unos 20 o 25 minutos y sacamos. Dejamos atemperar un poco y ya podéis serviros una ración.

PRESENTACIÓN      /      PARA LA FOTO

El aspecto del hojaldre relleno recién salido del horno es tan agradable que da pena romperlo; pero no se cocina para contemplar, sino para probar. Es el momento de ver cómo ha queda  en su interior, así que dadle un corte y haced el reparto de raciones. ¡Que lo disfrutéis!


¡Ñam, ñam!

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