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Fotos: Fran Chef |
Uno de los tipos de tomate que cultivo en mi huerta es el que se conoce como "corazón de buey". Tiene aspecto muy característico y tienden a ser de un tamaño importante. También son carnosos y de sabor dulce. ¡Vamos... una delicia! Pues bien, aunque solos con un poquito de sal, aceite y vinagre ya están ricos, aquí os traigo una combinación muy atractiva no sólo para vuestros ojos sino también para vuestros paladares.
INGREDIENTES / MATERIA PRIMA
Tomate corazón de buey / Espárragos blancos en conserva / Ventresca de bonito / Aceite de oliva virgen extra / Vinagre de Módena / Sal / Perejil fresco
ELABORACIÓN / MANOS A LA OBRA
Lavamos el tomate, le quitamos la parte superior (y si queremos también lo pelamos), lo cortamos en rodajas gruesas y colocamos una o dos, con un poco de sal, como base en un plato algo hondo. Cortamos dos espárragos blancos por la mitad y colocamos las cuatro piezas, dos y dos, haciendo una elevación sobre el tomate. Por último, situamos la ventresca de bonito sobre los espárragos. Picamos perejil fresco y esparcimos sobre los ingredientes. Finalizamos rociando con aceite de oliva virgen extra y un poco de vinagre de Módena.
PRESENTACIÓN / PARA LA FOTO
Es importante que el plato donde montemos sea algo hondo para que recoja el aceite y el vinagre, que se mezclarán en la base del mismo como en un mar ligeramente verdoso con manchas marrones. ¡Que lo disfrutéis!
¡Ñam, ñam!
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