Foto: Fran Chef |
He practicado
la tortilla de dos maneras principalmente: elaborándola y degustándola.
En cuanto a su
elaboración he introducido en mi proceder distintas variantes, aunque, en
ningún caso, incorporándole ingredientes que marquen excesivamente su sabor: me
refiero a aquellos ingredientes que se apropian de la denominación “tortilla de
patatas” distorsionándola con ampliaciones como por ejemplo “con chorizo”, “con
pimientos”, “con queso”, etc., etc. Sí se refieren mis variaciones a maneras de
cortar la patata, de condimentar la mezcla de huevos y patatas, o de cocinarla.
Dicho todo
esto, y sin profundizar y concretar mucho más, he llegado a la conclusión de que
la mejor tortilla que he probado hasta el momento es la que me prepara Susana.
¿Por qué? Pues, muy sencillo. Porque me recuerda la tortilla más tradicional,
sencilla y rica, amarilla (los huevos de casa, ayuda mucho, y si son de casas
vecinas o familiares, más aún), esponjosa, sin excesos aceitosos… En
definitiva, Susana es mi reina de las tortillas.
¿Queréis saber
cómo la prepara?... Pues no os entretengo más y ¡manos a la obra!
INGREDIENTES
/ MATERIA PRIMA
Medio kilo de
patatas (cinco o seis) / Cinco o seis huevos caseros /
Aceite de oliva virgen extra
/ Sal
ELABORACIÓN /
MANOS A LA OBRA
Pelamos y
lavamos bien las patatas. Las cortamos en rodajas finas (unas uno poco más que
otras, pero sin exceder los 3 mm). En una sartén, con aceite de oliva virgen
extra suficiente como para que las patatas de cocinen pero no se frían, echamos
las patatas una vez que comprobemos que está lo suficientemente caliente (¡no
os queméis al echar las patatas!). Añadimos sal al gusto.
Foto: Fran Chef |
Mientras las
patatas se van cocinando y las vamos revolviendo periódicamente para evitar que
adquieran un color tostado por los bordes, batimos los huevos hasta que
aumenten un poco su volumen.
Una vez que
veamos que las patatas ya están cocinadas, escurrimos el aceite de la sartén y
añadimos el huevo (en ningún momento sacamos las patatas de la sartén al huevo,
sino al revés). Removemos de vez en cuando si nos gusta que el huevo cuaje
bien, si no, no tocaremos hasta dar la primera vuelta. Cuando más vueltas demos
a la tortilla más se hará y cuantas menos, más crudita. A mí me gusta con el huevo
cuajado, pero vosotros podéis elegir, así que retirarla de la sartén cuando
veáis.
PRESENTACIÓN /
PARA LA FOTO
Una vez
retirada la tortilla a una fuente o plato, dejamos atemperar un poco y
adornamos con perejil.
La podéis trocear
en tacos o en porciones, acompañarla con una ensalada, hacer un bocadillo o
combinarla con queso y aceitunas. Vosotros elegís, pero a mí como más me gusta
es fría y acompañando, a media mañana a una buena taza de café con leche.
¡Cosas del paladar!
¡Ñam, ñam!
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