El vivir en el campo no tiene precio. Y si tienes unos buenos vecinos…, no os digo nada. A José Antonio ya puedo considerarlo como mi principal surtidor de espárragos. Esta temporada la climatología les ha beneficiado mucho y es por ello que se merecen varias recetas en este rinconcillo culinario. Se trata de unos espárragos blancos con tintes rosáceos y verdosos, una exquisitez para la vista y el paladar.
¿Qué hacer con un ramillete que nos acaba de traer José Antonio? La climatología me ayudó a decidirme, pero también el libro de recetas de Cociña caseira galega de Nieves Ferós: una cremita, calentita, pero muy hidratante. Y bien que me va a venir para recuperar fluidos tras haber donado casi medio litro de sangre este sábado.
Foto: Fran Chef |
INGREDIENTES / MATERIA PRIMA
Un ramillete de media docena de espárragos blancos / Media docena de zanahorias / Un litro de agua (si no la quieres muy espesa, medio litro más) / Dos patatas / Una cebolla / Medio limón / Un chorro de aceite de oliva virgen extra / Un corro de leche / Sal / Pimienta
ELABORACIÓN / MANOS A LA OBRA
Lavamos y pelamos los espárragos, las zanahorias, las patatas y la cebolla, además de lavar la piel del medio limón. Cuando lo tengamos todo bien dispuesto, y mientras ponemos el agua en una olla alta con un poco de sal, procedemos a picar en dados los espárragos –de los que reservaremos las puntas-, las zanahorias, las patatas y la cebolla. Lo ponemos todo a cocer a fuego medio/alto, con el medio limón para que los espárragos no se oxiden y adquieran un feo color oscuro.
Cuando las verduras rompan a hervir, colocamos un colador sobre la olla y en ella las puntas de los espárragos con el fin de que se cocinen al vapor.
Cocidas las verduras y retirado el colador con las puntas de los espárragos ya cocidas, extraemos el medio limón y le pasamos la batidora al caldo con las verduras. Una vez triturado todo, le añadimos un chorro de aceite de oliva virgen extra y otro chorro de leche, rectificamos de sal y le añadimos pimienta negra molida. Dejamos al fuego un par de minutos más y probamos para confirmar que está exquisita.
PRESENTACIÓN / PARA
En un cuenco o en un plato hondo servimos una buena ración de crema. Adornamos la ración con unos biscotes y sobre ellos las puntas de los espárragos.
¡Ñam, ñam!
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