A menudo el
cuerpo me pide una ensalada para depurar tras algunos días de comidas ingentes
o algo copiosas. Una de estas ensaladas es la que tiene como ingrediente
importante la alcachofa, de la que suelo disponer a menudo en conserva. La
suelo reservar para la hora de cenar porque así me permite descansar mejor. En
muchas ocasiones, si no comemos verde es porque no queremos, pues hay miles y
miles de combinaciones posibles para darle forma a nuestras ensaladas. Ahí va
una más.
Fotos: Fran Chef |
INGREDIENTES
/ MATERIA PRIMA
Lechugas varias (hoja rizada,
escarola, lombarda, hoja de roble verde y morada…) /
Tomate / Queso fresco de vaca /
Nueces peladas / Corazones de alcachofa (en conserva) /
Aceitunas rellenas de anchoa
/ Aceite de oliva virgen
extra / Vinagre de Jérez /
Semillas de sésamo
ELABORACIÓN /
MANOS A LA OBRA
Lavamos y
escurrimos bien las lechugas y reservamos. Pelamos el tomate y cortamos en
gajos de un dedo de grosor y éstos por la mitad. Picamos el queso fresco. Ya
veis que la elaboración es muy sencilla. Escurrimos los corazones de alcachofa
y procedemos a montar en plato.
PRESENTACIÓN /
PARA LA FOTO
En un plato
amplio comenzamos colocando las porciones de tomate y sobre ellas, las lechugas
que le darán variedad de textura y color al plato. Sobre ellas colocamos el
queso y las aceitunas y terminamos con un puñado de nueces peladas y de sésamo.
Todo ello lo regamos con un buen aceite de oliva virgen extra y un chorro de
vinagre.
¡Ñam,
ñam!
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