El otro día
nos invitaron a una cena-churrascada nuestros vecinos de un lugar llamado La Cubela. Nos juntamos
Susana, José Antonio, Virginia, Victoria, Mateo y yo con los anfitriones
Anselmo, Isabel, Carlos y Óscar. Sobra decir que lo pasamos fantásticamente
bien y comimos rico, rico. Como no podía evitar ir con las manos vacías, decidí
preparar este pastel de almendras, del que me traje luego un pedacito para
casa. Aquí os dejo la receta. ¡Gracias, vecinos!
Fotos: Fran Chef |
INGREDIENTES
/ MATERIA PRIMA
250 gr. de
almendra / 100 gr. de azúcar / 1
vaso de leche desnatada / 25 galletas tipo María / 7
huevos / Mantequilla /
Caramelo líquido
ELABORACIÓN /
MANOS A LA OBRA
Precalentamos
el horno por arriba y por abajo a 160 º (opción “pastel”).
Separamos las
yemas y las claras para cuencos distintos. Las claras las montamos a punto de
nieve y reservamos. A las yemas les añadimos el azúcar, las almendras
previamente molidas (en una trituradora o molinillo), la leche (si vemos que
necesita más, añadiremos un buen chorro) y las galletas troceadas a mano. Lo
trituramos todo con la batidora de mano y agregamos las claras a punto de
nieve, mezclando todo con unas varillas y con movimientos envolventes para
evitar que las claras se nos bajen.
Untamos un
molde o flanera (yo he utilizado un molde alto y alargado, como el que se
utiliza para los ‘cake’) con mantequilla y le echamos un bueno chorro por las
paredes de caramelo líquido (si no tenemos, lo preparamos en un cazo con azúcar
y unas gotas de agua). Vertemos la masa en el molde y cocemos en el horno,
dentro de una bandeja honda con agua, al baño María, durante una hora. Cuando
esté listo, retiramos y dejamo enfriar. Cuando haya enfriado, lo introduciremos
en la nevera durante unas horas. Cuanto más tiempo esté en la nevera, mejor. Os
tengo que comentar que durante los dos o tres días siguientes a su elaboración,
está cada vez más rico.
PRESENTACIÓN /
PARA LA FOTO
Servimos una
buena rodaja acompañada de helado o, como hice yo, careciendo de helado, con un
poco de yogur griego. Regamos y adornamos con unos hilos de caramelo líquido.
El pastel tendrá un consistencia compacta, pero si no queremos que nos quede
tan tieso, sino más parecido a un flan, deberemos doblar la cantidad de leche.
Como lleva almendras es un postre que sacia bastante, por eso no debemos abusar
y sí hacerlo durar, pues como os dije está cada vez más rico según pasan los
días.
¡Ñam,
ñam!
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