En pocas
ocasiones suelo preparar salmón, pero debido a que es recomendable tomarlo de
vez en cuando, hoy he decidido que era su día, pues disponía de unos lomos en
el congelador, limpios de espinas, que son lo que más me atemoriza del pescado.
Y como parece que unas cosas llaman por otras, decidí que iba a prepararlo
acompañado de unos camarones, también congelados pero ya cocidos en agua de
mar. Veamos el resultado.
Foto: Fran Chef |
INGREDIENTES
/ MATERIA PRIMA
Salmón /
Patatas / Cebolla
/ Sal
/ Tomate / Camarones
de Groenlandia / Ajo
/ Vino blanco / Agua /
Aceite de oliva virgen extra
/ Pimienta negra /
Laurel / Perejil
/ Pan rallado /
Azafrán
ELABORACIÓN /
MANOS A LA OBRA
Antes de nada,
pelamos dos dientes de ajo, la cebolla, el tomate y las patatas. Reservamos.
También, descabezamos y pelamos los camarones una vez descongelados unas horas
antes. Reservamos.
En una olla de
acero inoxidable ponemos a calentar un chorro de aceite al que incorporamos dos
dientes de ajo laminados. Cuando se hayan dorado ligeramente, añadimos la
cebolla cortada en juliana. Salamos. Luego, cortado en dados, incluimos el
tomate y una hoja de laurel. Dejamos que se cocine un poco y añadimos las
patatas cortadas en dados grandes, medio vaso de vino blanco, otro medio de
agua y unas hebras de azafrán. Dejamos que se cocinen y cuando casi a punto,
incluimos el salmón en dados del mismo tamaño que las patatas. Sazonamos con
pimienta y perejil picado, al tiempo que le sumamos los camarones. Dejamos un
par de minutos y apagamos el fuego. Nos debe quedar un plato caldoso que
espesaremos con un puñado de pan rallado.
PRESENTACIÓN /
PARA LA FOTO
Servimos de
inmediato en un plato hondo y decoramos con una ramita de perejil. ¡Disfrutad!
¡Ñam,
ñam!
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