Una vez que hayáis elaboradora la mermelada de tomate, sólo se os tiene que ocurrir con qué combinarla. Parece sencillo, pero a veces no resulta fácil encontrar con qué asociarla. Tenéis que pensar que las mermeladas son dulces y será necesario encontrar un elemento de contraste. Yo os propongo un queso azul, caracterizado por su sabor fuerte, entre lo salado y un leve toque amargo, que podemos rebajar con un poco de aceite de oliva virgen extra.
INGREDIENTES / MATERIA PRIMA
Mermelada de tomate / Queso azul / Aceite de oliva virgen extra / Tostas de pan / Nueces peladas
ELABORACIÓN / MANOS A LA OBRA
Comenzamos con la mezcla de queso azul y aceite de oliva. El queso azul que he empleado es de cuña, le he añadido un chorro de aceite y lo he pisado con un tenedor. Queda grumoso, que es la textura que queremos.
Preparamos las tostas (las podéis comprar ya preparadas) y las untamos primero con mermelada de tomate y luego encima añadimos nuestra mezcla de queso azul y aceite. Coronamos con un par de nueces peladas.
PRESENTACIÓN / PARA LA FOTO
A esta elaboración sencilla le corresponde también una presentación sencilla. Elaboramos varias tostas y las presentamos en una bandeja o fuente para que quien quiera coja su ración. El contraste es interesante, ¿verdad?
Comenzamos con la mezcla de queso azul y aceite de oliva. El queso azul que he empleado es de cuña, le he añadido un chorro de aceite y lo he pisado con un tenedor. Queda grumoso, que es la textura que queremos.
Preparamos las tostas (las podéis comprar ya preparadas) y las untamos primero con mermelada de tomate y luego encima añadimos nuestra mezcla de queso azul y aceite. Coronamos con un par de nueces peladas.
PRESENTACIÓN / PARA LA FOTO
A esta elaboración sencilla le corresponde también una presentación sencilla. Elaboramos varias tostas y las presentamos en una bandeja o fuente para que quien quiera coja su ración. El contraste es interesante, ¿verdad?
¡Ñam, ñam!
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