Hoy ha sido un
día de experimentar en la cocina. Entre la materia prima de la que disponía
–dos pechugas de pollo-, las combinaciones que se me ocurrían y la decisión de
poner en práctica varias de ellas, ha salido un plato ciertamente curioso, a la
par que sabroso y de diferentes matices para el gusto. ¿Queréis que os lo
cuente? ¡Avanti!
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Foto: Fran Chef |
INGREDIENTES
/ MATERIA PRIMA
Pechuga de pollo /
Ajo / Sal
/ Cebolla / Pimiento
rojo /
Manzanas / Zanahorias
/ Vino dulce /
Perejil / Nuez
moscada / Canela
/ Limón /
Agua / Aceite de oliva virgen extra
ELABORACIÓN /
MANOS A LA OBRA
Limpiamos bien
las pechugas de pollo (yo he preparado dos, pero podían ser una o más) y las
adobamos con un poco de sal, ajo y perejil picado. Para que penetre bien en el
pollo, podemos hacerle un par de cortes. Reservamos.
Mientras
pelamos la cebolla, cortamos en tiras medio pimiento rojo, pelamos y cortamos en
rodajas las zanahorias, descorazonamos, pelamos y cortamos en gajos las
manzanas y fileteamos finamente medio limón, ponemos una olla o tartera de
acero inoxidable con un chorro de aceite que cubra el fondo, a fuego
medio-alto. Cuando esté caliente introducimos las pechugas de pollo con el fin
de que se doren bien por todo su contorno. Mientras esto está sucediendo
colocamos sobre ellas varias rodajas de limón que le conferirán parte de su
sabor.
Cuando las
pechugas estén cocinadas por su parte exterior, las retiramos y reservamos. En
el mismo aceite que nos ha quedado de “pasar” las pechugas iremos añadiendo la
cebolla cortada en juliana, las zanahorias en rodajas y el pimiento rojo.
Dejamos que se vayan haciendo un poco las verduras sin que se nos peguen –unos
cinco o seis minutos- y, a continuación, introducimos de nuevo las pechugas de
pollo, añadiendo la manzana, una rama entera de perejil, un vaso de vino dulce,
medio vaso de agua y una pizca de nuez moscada y canela. Dejamos que se vaya
cocinando a fuego lento y que vaya reduciendo. Debemos evitar que la manzana se
convierta en compota, por lo que cuando veamos que están cocinadas y todavía se
mantiene enteras, retiramos del fuego.
Para quienes
les guste la carne un poco seca –como es mi caso-, se pueden retirar las
pechugas con un poco de jugo a una bandeja y hornear durante unos minutos.
PRESENTACIÓN /
PARA LA FOTO
Comenzamos
sirviendo las verduras con la manzana y sobre ellas colocamos una pechuga que
adornaremos con una rodajita de limón y un poco de perejil. La guarnición de
verduras y manzana contendrá por el medio las rodajas de limón del principio ya
cocinadas, por lo que se producirá un cruce de sabores entre lo dulce y lo
amargo que a mí me ha encantado.
¡Ñam,
ñam!