Preparar una ensalada con cierto grado de peculiaridad no es complicado: con un poco de imaginación y paciencia, podéis llegar a elaborar platos como el que aquí os presento, que no deja de tener una cierta dosis de improvisación como podréis comprobar. Un plato sano que puede ser considerado plato único o ensalada de acompañamiento.
Foto: Fran Chef |
INGREDIENTES / MATERIA PRIMA
Tomate pera / Queso de Burgos / Lechuga / Hojas de albahaca fresca / Queso en porciones / Salchichón de potro y 'porco' celta "Monte Cabalar" / Aceite de oliva virgen extra / Sal (opcional)
ELABORACIÓN / MANOS A LA OBRA
Lavamos bien el tomate y lo cortamos en rodajas de entre medio y un centímetro (a nuestro gusto). Hacemos lo mismo con el queso fresco de Burgos. Iremos colocando de manera intercalada, en el centro del plato donde vayamos a servir, una rodaja de tomate y una de queso. Si queremos podemos echar un poco de sal en el tomate. Así construiremos nuestra milhoja.
Luego lavamos la lechuga, la cortamos en juliana y rodeamos la milhoja con ella. Para acompañar a la lechuga, cortamos unas rodajas de salchichón sin la tripa y las cortamos a su vez en bastoncitos.
Por último, preparemos en aliño: en un cuenco machacamos queso en porciones con un poco de aceite y unas hojas de albahaca picadas. Aliñamos el tomate y la lechuga y ¡listo!
PRESENTACIÓN / PARA LA FOTO
El principal objetivo es que no se nos caiga la torre de milhoja de tomate y queso. Es importante que la primera rodaja sea de tomate y que tenga una buena base plana. Como ya os he comentado, presentaremos esta receta en plato redondo blanco plano, porque lucirá mucho el conjunto de sus ingredientes; pero si soy varios, optad por una fuente.
¡Ñam, ñam!
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