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Fotos: Fran Chef |
El frío se propone hacérnoslo pasar mal. No obstante, en la cocina siempre hay armas paliar sus efectos: una sopita, un caldito, un consomé... Cualquier plato semilíquido y calentito nos permite entrar en calor. Yo hoy os propongo unos garbanzos en consomé, una receta para tomar bien calentita.
INGREDIENTES / MATERIA PRIMA
Garbanzos cocidos / Cebolla / Puerro / Ajo / Zanahoria / Guisantes / Pimiento rojo / Un tomate pequeño / Un pocillo de salsa de tomate frito / Tronco de nabicol / Una loncha gruesa de jamón serrano / Sal / Agua / Vino Blanco / Aceite de oliva virgen extra
ELABORACIÓN / MANOS A LA OBRA
Si no disponemos de los garbanzos ya cocidos, procedemos a cocerlos. Los habremos de tener en agua fría desde el día anterior. Luego ponemos una olla de agua a hervir con un hueso de jamón, un chorro de aceite de oliva virgen extra, sal y una ramita de laurel. Cuando el agua comience a hervir, los incorporamos y dejamos que se cuezan hasta que estén en su punto.
Partiendo de que ya tenemos garbanzos cocidos, comenzaremos poniendo a fuego medio una olla alta de acero inoxidable con un chorro de aceite de oliva virgen extra. En ella iremos incorporando la cebolla picada en brunoise o daditos, así como un diente o dos de ajo (al gusto), el jamón serrano, el pimiento rojo y el puerro. Salamos y añadimos el vaso de vino blanco junto con el tomate pelado y triturado. Dejamos que se vayan mezclando los sabores y las verduras comiencen a dar sensación de espesor. Para que no se nos pegue añadimos un poco de agua (si tenemos un caldito previamente preparado con algún hueso de pollo o jamón, mejor).
Mientras se va cociendo esta primera remesa de ingredientes, preparamos la segunda. Añadiremos dos o tres puñados de guisantes, los troncos picados de nabicol, los garbanzos y una buena dosis de salsa de tomate frito. Dejamos que se vaya cociendo todo e incluso añadimos la cantidad de agua que creamos conveniente según el gusto por que sea un plato más o menos acuoso.
Cuando creamos que el plato está cocinado, apagamos el fuego y mantemos la olla tapada hasta el momento de servir.
PRESENTACIÓN / PARA LA FOTO
En un plato hondo depositamos un buen cucharón de este consomé de garbanzos con veduras y jamón humeante. Lo degustamos a cucharadas lentas y pausadas, gozando del calor que nos proporciona, del humo aromático que desprende. No os digo más.
¡Ñam, ñam!