El cordero es una carne muy tierna pero de la que no
se debe abusar mucho. Por eso, es la mejor opción para un día de fiesta en la
que haya bastantes comensales, aunque para un par de personas, si bajamos la
dosis, tampoco está nada mal. Conoceréis diversas maneras de preparar el
cordero, pero yo hoy os traigo la de mi madre: un sabroso cordero guisado
acompañado de patatas, zanahoria y guisantes. Debéis saber que es un plato que
tiene diversas fases de preparación y, por tanto, necesitará un par de días:
uno para el macerado o adobo del cordero y otro para su cocinado. El resultado:
¡de vicio!
INGREDIENTES / MATERIA PRIMA
Cordero troceado
/ Ajo /
Perejil / Sal
/ Aceite de oliva virgen
extra / Cebolla
/ Pimiento rojo / Pimentón
dulce / Vino blanco
/ Agua /
Especias para cordero (ajo y cebolla picadísimos, pimienta negra molida,
nuez moscada, romero, orégano, cúrcuma y sal)
/ Patatas pequeñas /
Zanahoria / Guisantes
/ Azafrán
ELABORACIÓN / MANOS A LA OBRA
Todo comienza poniendo el cordero en adobo o a
marinar el día anterior al cocinado. El adobo se elaborar con ajo picado y
machado con sal, aceite, perejil. Lo tendremos en reposo durante un mínimo de 8
horas.
Transcurrido este tiempo, preparamos la tartera u
olla donde guisaremos el cordero, haciendo un pequeño pochado previo. En ella
comenzamos a cocinar en un poco aceite, una cebolla pequeña picada en juliana,
un diente de ajo picado y un trozo de pimiento rojo. Cuando haya empezado a
ponerse transparente la cebolla, añadimos una cucharilla de café de pimentón
dulce. Mezclamos bien y dejamos que se mezcle unos segundos.
Simultáneamente al preparado de la tartera, iremos
dorando en una sartén con aceite bien caliente y un trozo de cebolla, los
trozos de cordero adobados. En cuanto la cebolla se queme y los trozos de
cordero se doren, retiramos el cordero y lo incorporamos a la tartera donde se
guisará.
Meneamos la tartera con los trozos de cordero y
añadimos tres cuartos de un vaso de vino blanco y otros tres cuartos de agua
con las especias para cordero disueltas. Tapamos y dejamos que se vaya
cocinando durante una hora a fuego medio-alto. El cordero no quiere mucho
aceite ni mucha agua, así que si vemos que se queda seco, añadimos muy poca
agua.
Mientras, pelamos unas patatas pequeñas redondas
junto con una o dos zanahorias, que picamos en rodajitas. Cuando el cordero
esté casi hecho, incorporamos primero la zanahoria, y cinco minutos después,
las patatas. Añadimos un poco más de agua y sal, y cuando le falten cinco
minutos, añadimos un buen puñado de
guisante y también el azafrán (o en su defecto, un poco de colorante
alimenticio).
El resultado será un buen guiso donde los distintos
ingredientes habrán aportado su sabor y textura.
PRESENTACIÓN / PARA LA FOTO
Servimos una buena ración de cordero con su
guarnición de patatas, guisantes y zanahorias. Salseamos y ¡listo! ¡Disfrutad
de este rico manjar, pero sin excederse!
¡Ñam, ñam!