Volviendo a la cocina, quiero retomar este recetario con un plato veraniego muy refrescante y popular: la vichyssoise o sopa fría de puerro y patata. Su sabor está muy relacionado con mi infancia y los olores que se propagaban por los pasillos y escaleras del edificio donde me crié, cuyas cocinas vecinales eran muy variopintas. Por eso, influenciado por aquellos recuerdos, os traigo aquí este plato sencillo de preparar, al tiempo que exquisito.
INGREDIENTES / MATERIA PRIMA
3 puerros (o 2 si son muy gruesos) / 2
patatas pequeñas (o 1 si es grandota)
/ 1 libro de caldo de pollo
(preferiblemente casero) / Sal
/ Pimienta blanca / Un
vaso de nata líquida para cocinar
/ Perejil picado /
Palitos de pan salados
ELABORACIÓN / MANOS A LA OBRA
Lo primero que debemos hacer es
quedarnos con las partes blancas de los puerros (aunque vaya un poquillo de
verde no pasa nada), para lo cual cortaremos la parte trasera hasta donde
debamos, quitando también los pelillos de las raíces. Para lavarlos bien, les hacemos
un ligero corte longitudinal que permita que el agua arrastre cualquier resto
de tierra.
Pelamos y lavamos las patatas.
Luego las troceamos junto con los puerros en dados y rodajitas. Los vertemos en
una cacerola un poco alta (mejor si es de acero inoxidable) y ponemos a cocer
todo bañado con el caldo de pollo. Dejamos cocinar alrededor de 20 o 30 minutos
(esto, es, hasta que esté cocido).
A continuación, trituramos con la
batidora de mano hasta que se forme una crema, dejando que enfríe a temperatura
ambiente. Rectificamos de sal y añadimos un poco de pimienta blanca al gusto.
Una vez fría, añadimos la nata y
volvemos a batir. Nos quedará una crema con cuya textura –más o menos espesa-
jugaremos. Volvemos a reservar en la nevera hasta el momento de servir.
PRESENTACIÓN / PARA LA FOTO
Servimos en cuencos individuales
y adornamos por encima con un poco de perejil picado y uno palitos de pan
salados. Aunque lo habitual es tomarla fría, también existe la opción de servirla
templada.
¡Ñam,
ñam!